🌌 Conectando los puntos: de Fullstack a Líder Digital

“Todo lo que no se mide, no se puede controlar.
Stop starting, start finishing.”



Hay frases que se convierten en brújulas. Para mí, estas dos marcaron el rumbo en un viaje que muchos ven como errático, pero que con el tiempo entendí que estaba lleno de sentido. Si alguna vez me han preguntado cómo es que pasé de ser un desarrollador fullstack apasionado por el código a convertirme en un líder digital enfocado en estrategia, métricas y transformación, la respuesta no está en una línea recta, sino en un papalote con cola.

Sí, un papalote.

La gente suele imaginar que la carrera profesional es un ascenso vertical, un camino definido de “junior” a “senior” y de ahí a “líder”. En mi caso, la imagen que me acompaña es la de un papalote que vuela con el viento. He ido donde las corrientes me han llevado: redes, backend, frontend, DevOps, QA, liderazgo. A veces parecía que no había dirección, pero la cola del papalote —mi convicción, mis principios, mi amor por la tecnología— me mantenía firme. No era revolotear al azar; eran movimientos calculados en medio del viento suave o las tormentas.

🎓 Primeros pasos: de las redes al código

Durante la universidad, me formé con los cursos de Cisco (CCNA). Terminé los cuatro niveles y me certifiqué en redes. En aquel entonces, lo que más me apasionaba eran los routers, switches y el trazado invisible de datos por el aire.

Al poco tiempo empecé a desarrollar: sitios web, aplicaciones para Pocket PC y Palm (sí, de esos tiempos soy 😅). La programación siempre me gustó, pero mi corazón estaba dividido: redes o desarrollo. Finalmente, la vida profesional me llevó a tomar un curso de .NET recién nacido, y eso marcó el rumbo.

Pasé más de ocho años trabajando en backend. Todo era bases de datos, lógica de negocio, servidores. Pero entonces llegó BestDay.

💊 La elección de la píldora

En la entrevista me preguntaron si quería ser backend o frontend. Era una decisión binaria, casi como la píldora roja o azul de Matrix. Elegí frontend.

¿Por qué? Hasta ese momento, la mayoría de mis desarrollos eran para LANs internas, donde la performance no importaba demasiado. Pero el reto de optimizar un sitio web para miles de usuarios, en conexiones de apenas 1-2 Mbps, me parecía fascinante.

De cero a experto en seis meses. JavaScript, jQuery, optimizaciones, MVC casero en VB .NET. Una de mis primeras aportaciones fue cambiar arreglos por diccionarios: ese simple cambio redujo tiempos de respuesta de minutos a segundos. Y con ello descubrí un nuevo amor: el performance, la eficiencia, el impacto real en la experiencia del usuario.

🗂️ El tablero que lo cambió todo

El siguiente gran cambio vino con la transformación metodológica. Pasamos de Scrum a Kanban, y mi equipo fue el piloto. Entre el Agile Coach y yo diseñamos nuestro primer tablero físico. Lo iteramos cada tres meses: cada mudanza en la oficina era oportunidad de mejorar. Hasta llegar a una versión final que no solo organizaba nuestro trabajo, sino que lo hacía visible y entendible para cualquier stakeholder.

Ahí comprendí que el liderazgo no siempre nace con un nombramiento; a veces nace cuando eres capaz de cambiar la forma en que tu equipo piensa, organiza y entrega valor.

⚡ La era del DevOps y la cultura de producto

Al mismo tiempo, llegó el DevOps y la mentalidad de producto. Ya no éramos simples desarrolladores “por encargo”. Nos convertimos en dueños de sistemas. Hacíamos minería de datos, planteábamos hipótesis, corríamos A/B tests. Pasamos de tener CABs semanales a desplegar varias veces al día.

Un día llegamos a liberar 100 historias de usuario en un mismo día. Y descubrimos que un rollback no era un fracaso, sino la validación de que una hipótesis no se cumplió. Eso era verdadera agilidad: estar en el mercado siempre a tiempo, probar antes que los grandes, aprender en el camino.

Fue ahí cuando me enamoré de la estrategia.

❤️ Un nuevo amor

Dejar el código no fue un duelo. Fue el nacimiento de un nuevo amor:

  • Estrategia basada en la experiencia del usuario.

  • Cumplimiento de KPIs.

  • Ver crecer productos y equipos desde lejos.

  • La pasión de cada desarrollador que se adueña de su trabajo.

  • La emoción de ver cómo un feature mejora ventas, engagement, métricas.

El teclado ya no era mi única herramienta de creación. Ahora podía “crear” a través de procesos, tableros, métricas y resultados colectivos.

🧭 Mantras y aprendizajes

Todo lo que no se mide, no se puede controlar.
Stop starting, start finishing.

En las primeras iteraciones de la transformación, estas frases cobraron sentido. Las decisiones estratégicas debían basarse en datos, no en intuiciones. Y el foco debía estar en terminar, no en empezar mil cosas.

Aprendí que entre menos haces, más logras. Que la lectura de un tablero se hace de derecha a izquierda, porque el verdadero valor está en lo que está por liberarse. Y que la magia ocurre cuando los equipos se adueñan de los productos, se vuelven customer centric y sienten en carne propia la frustración de un usuario… y la satisfacción de arreglarle la vida con un buen release.

🎉 El día que invité al CEO

Recuerdo un sprint épico. Habíamos logrado avances enormes y pensé: “Esto el CEO debe conocerlo de la fuente”. Le mandé un correo invitándolo a nuestra entrega de sprint. Fue un acto osado. A los cinco minutos me respondió: “Claro que sí”.

Entré en pánico 😅. Pero el día llegó, presentamos nuestros resultados, y salió perfecto. El CEO nos felicitó. Por primera vez, tecnología y negocio hablaban el mismo idioma. Todos nos sentimos orgullosos. Ese día confirmé que mi lugar ya no estaba solo en el código, sino en ser puente entre mundos.

🔧 Un líder que entiende el bug

Algunos ven mi perfil como un riesgo: un “experto de todo y nada”. Pero justamente esa generalidad me da ventaja. Puedo meterme en cualquier capa a nivel semi-senior, y eso me permite entender cómo un cambio afecta a todo el sistema.

Un ejemplo: un bug asignado a backend resultó ser un problema de estilos en frontend. ¿La raíz? El backend estaba guardando HTML en la base de datos. Esa experiencia me enseñó que entender toda la ruta del flujo de información y la separación de responsabilidades es clave. Y hoy, como líder, trato de diseñar procesos donde QA no sea “el último filtro”, sino parte integral de toda la línea de producción.

🔗 Conectando los puntos

Volviendo a Steve Jobs: los puntos solo se conectan mirando hacia atrás.

Hoy entiendo cómo todo tiene sentido:

  • Redes me enseñaron que una mala conexión puede tumbar un sistema entero.

  • Frontend me mostró la importancia de la experiencia del usuario y el primer pantallazo.

  • Backend me enseñó la lógica y la estructura invisible que sostiene un producto.

  • DevOps me reveló la magia de la automatización, el CI/CD y el IaC.

  • QA me dio la obsesión por la calidad continua y por prevenir antes que corregir.

Cada desvío, cada stack, cada reto… era un punto. Y hoy todos esos puntos se unen en mi rol de líder digital.

🌱 Reflexión final

Si algo quiero dejar como mensaje es esto: no tengas miedo de volar como un papalote. A veces el viento te llevará por lugares inesperados, pero mientras tengas una cola que te mantenga firme —principios, pasión, propósito— cada movimiento tendrá sentido al final.

Cambiar no es perder lo aprendido, es usarlo de otra manera. Es transformar bugs en hipótesis, métricas en historias, releases en impacto real.

Y cuando mires atrás, verás que no eras un papalote a la deriva. Eras un papalote trazando, punto a punto, el mapa de tu propia transformación.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El corrido de las mujeres :D

Iniciando una nueva etapa